domingo, 31 de agosto de 2008

Felicidad hormonal

Él era más o menos (tal vez menos que más) feliz. Se reía a gusto.
Él era más o menos (tal vez más que menos) feliz. Tenía sexo cuando lo necesitaba.
Diferentes formas de segregar endorfinas.
Ella era el doble de feliz. Reía con uno y hacía el amor con el otro. Y, de vez en cuando, jugaba al golf; era de buena familia.

viernes, 29 de agosto de 2008

The card game

A whole lunar cycle in Arkan-9. Who would want to return to that despicable planet? Only dust, wind and heat. Nothing remarkable to do, apart from touring every tavern in there. Always looking for more liquid to content your thirsty throat. I don't know how I remained there for so much time.
In this saloon I feel quite safe. Nobody remembers this place, and it seems like time has stopped inside these old walls. Tonight we're only four people playing poker. The winner will get a remarkable prize: the company of the last wonderful girl left here. There she is, seated in a dark corner, looking into the infinite with indifference.
The game's not being very exciting. Round after round we're quite balanced. Now two pairs, now nothing, now a flush…
Don't worry, I'm going to be quite honorable with her. I'm offering her a future. Yes, tonight I'm escaping with the girl to begin a new life. She needs it, I can see by the look in her eyes, and I need it too. It 'll be just perfect.
Well, it seems that my luck is improving. Full house! With this, I'll whip some money from their pockets. Yes, I told you!
In Arkan-9, they prosecute you for hardly anything. What do you think, that lonely and apparently angelical girl I saw a week ago? She seemed so out of the place, like a cast away. I go there and tell her 'Look, I'm going to change your luck if you come with me'. And guess what, she didn't even say 'Ok, I'll think about it', no.
This lady here, I met her a couple of years ago. She's just gorgeous. I hope she'll remember me. Big brown eyes, curled, long dark hair, little nose and ears, lovely mouth and heavenly silhouette. It's perfect, I can't think about going out from here without her.
Hey! What are you doing! I shouldn't have been so self-confident. I thought he had nothing at all and look! Ok, I've got some margin.
I brought the rude girl with me, but she made the whole thing much too complicated. So I had to get rid of her, you know. And only for that, they began seeking me out. Now, I constantly feel like I have them on my back. So here I am, in Arkan-3. If you think about it, another despicable planet. In fact, this whole system is just the same rubbish. But now, I'm lucky. This girl here is different. We shall move to another system, a more climate-friendly one, I guess. She'll be happy to have found someone like me. I just can't wait to tell her.
Ok, here we go, the last round. The night is over with this one. All or nothing. Everyone's looking at each other with anxiety. Let's see what do we have here… Oh, oh, oh, look at this. A royal flush.
No one can beat this.
I love playing card games.

domingo, 24 de agosto de 2008

Devoralibros

Mis colegas siempre me dicen que soy un caso. Cuando veo un libro, nunca sé si empezar por el principio o por el final. Puede parecer excéntrico, pero yo considero las dos opciones igual de interesantes, lo digo por experiencia. En lo que no dudo es en el material: prefiero sin duda las ediciones de bolsillo; por alguna razón, las de tapas duras me parecen más difíciles de atacar. De las revistas paso, el papel satinado siempre me ha tirado para atrás. Eso sí, lo que más rabia me da es cuando, una vez me he decidido, me encuentro con una hoja agujereada. No soporto que alguien le hinque el diente antes que yo. Siempre me ponen la misma excusa, “si hubieras comenzado en vez de pasarte media hora moviendo las antenas…” Entonces pienso que he escogido mal a mis compañeros de estantería.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Hay de todo en la viña del Señor

Esta semana volvió al trabajo de sus vacaciones un tío que no conocía. El primer día nos presentamos, de forma bastante amigable.

El segundo día, tuve nuevos diálogos con él. No para de moverse para arriba y para abajo por la oficina, y en una pasada me dijo:
- ¿Qué, con el blog? - siguió caminando sin pararse.
- Jejeje, pues sí... - para qué negarlo, me han pillado y tengo la tranquilidad del trabajo hecho.
Al cabo de un poco volvió a pasar. Cambié de ventana.
- No te escondas...
- No me escondo.
Es cierto, más que el hecho mismo de no estar currando, acostumbro a ocultar el blog por delicadeza, ya que pienso que tal vez, si los demás sí que están haciendo trabajo (aunque en estas fechas nadie va estresado), puedan sentirse ofendidos por mi ociosidad. Así pues, me preparo para rebatir tranquilamente las acusaciones de vago.
Pero en su defecto, el tío me pregunta que qué blog escribo. ¿Habrá sido todo en plan colega? ¿Realmente le interesa lo que pueda escribir? Le enseño la pantalla con el título del blog, se ríe discretamente y se va diciendo "Ay, estos ambientólogos, que arsagaderwf [inaudible]".

En un minuto lo vuelvo a tener aquí, con la misma expresión de antes (y que lleva siempre), ni seria ni divertida. Me plantifica unos papeles al lado.
- ¿Conoces esta ley?
- ¿La de residuos? Bueno, alguna cosa, pero no me la sé.
- Uy, pues si no te sabes la Ley de Residuos de memoria...
Cara de circunstancias mía.
- ¿Conoces esta modificación que han hecho ahora en julio? - dice secamente.
- Pues no, la verdad; bueno, ahora que me lo has dicho tú, ejejej.
Arquea las cejas:
- Pues...
- Bueno, la verdad es que este último cuatrimestre no he hecho nada de residuos, estaba acabando...
- Es que no es cuestión de estudios o no.
(Anotación: en este trabajo no necesito PARA NADA la Ley de Residuos.)
- Sí, pero es que aquí... - empiezo a decir.
- No, si ya sé el trabajo que tiene Eva [la mujer a la que sustituyo]... - me corta, con cara de menosprecio mal dismulada hacia la pobre mujer- Pero si trabajas en un sitio con residuos...
- Ya, pero es que estoy BUSCANDO trabajo.
Se va.

Debería haberlo sabido cuando el primer día se dio tanta prisa en hacer notar que era el jefe de Eva y no sé quién más, cuando pretende ser el importante de las conversaciones llevando la batuta y cortándolas de golpe y marchándose, o cuando no para de ir de un lado a otro como si estuviera muy atareado, y con esos andares resueltos tan característicos de su grupo de gente: es capullo integral.
Me lo confirmó la única compañera que tengo ahora mismo en el espacio donde estoy, y ahora ya sé a quién se referían las que ahora están de vacaciones, cuando hablaban con palabras nada agradables de uno que "ojalá no volviera".

Y mientras que el tío este me incomoda durante mi última semana aquí (estoy convencido de que los paseos son más para controlar y hacerse el importante y ocupado que por necesidad), con mis operarios en cambio he mantenido una relación la mar de buena. Son gente mucho más sencilla, que te explica sus historias y tiene una actitud sociable. Ayer, el último día que los ví, uno me repetía que yo era mejor que la jefa habitual, y el otro me daba sus datos porque le sabría mal perder el contacto conmigo. No es que estas últimas reacciones fueran necesarias para tener buena opinión de ellos, aunque inevitablemente me enorgullezca que piensen así de mí. Pero es que joder, qué diferencia.

Masacre hippie en San Francisco

Era una soleada tarde de primavera, y una inmensidad de hippies se concentraba en los parques de la ciudad de San Francisco. Todo parecía tranquilo en aquellos círculos de hermanos. Pero entonces ocurrió, aunque nadie recuerda con exactitud cómo empezó todo.
Muchos dicen que fue Jim, que le pidió a Martha un porrete para fumar. Martha, que pasaba olímpicamente de él, le dijo que no. Jim sabía que Martha le mentía, y se sintió indignado ante su falta de amabilidad, teniendo en cuenta que le había dejado toda su colección de reggae, de la cual muchos discos no habían vuelto. Así que como tenía algo de mala leche, a Jim no se le ocurrió otra cosa que pegarle una torta a Martha. Ésta no se lo tomó muy bien, y se la devolvió.
A los pocos instantes, Martha tuvo que esquivar la mano de vuelta de su compañero, que fue a aterrizar sobre Anthony. Anthony se giró, y cuando vio a Jim, que una vez se había acabado su reservorio de setas alucinógenas en dos días aprovechando su inconsciencia, encontró la excusa perfecta para devolvérsela, en forma de somanta de palos. Así pues, los tres se enzarzaron en una violenta pelea. En unos segundos, acabaron echados encima de un pequeño grupo de seis personas. Eran Rachel y sus amigos. Se volvieron todos con los ojos encendidos, pues ya estaban hartos de que siempre intentaran pillarles por sorpresa para darles por culo, y empezaban a cansarse de eso del amor libre. Así que no duraron en liarse a ostias. La bola se hizo más grande irremediablemente.
Cada minuto se unían más personas a la contienda. Unos porque les apagaban petas en la carrocería de la furgoneta, otros porque ya no podían más con su alergia a las flores, aquellos porque les habían "hermanado" sus gafas a lo Janis Joplin, los de más allá porque se sentían desplazados al no tocar la guitarra, o no habían sido invitados a la excursión a Woodstock... Todos tenían alguna razón de más o menos peso, que en aquel momento les hizo liberar su rabia en una reyerta que acabó ensangrentada, y que fue llamada "La Masacre de San Francisco".
El episodio fue recordado durante un tiempo, e incluso en una famosa canción se hizo referencia a este incidente, adviertiendo de que si ibas a San Francisco no olvidaras llevar flores en la cabeza, si es que querías que colocaran algo para marcar tu tumba. Pero para mitades de los ochenta, los hippies dominaban el mundo y "La Masacre de San Francisco" había quedado completamente olvidada, relegada a simple leyenda urbana. Aunque eso fue antes del "Holocausto de las Flores", por supuesto.

Dedicado a los bloggers que hacen la guerra, amenizando violentamente los comentarios. Paz y amor, hermanos.

lunes, 18 de agosto de 2008

Oscar Wilde

"Parecer discreto vale tanto como entender una cosa, y es
mucho más fácil"
La gestión del esfuerzo y las apariencias, una clave para el éxito. Tendremos que aprender a ser prácticos en ocasiones...
Tengo un pequeño librito de Oscar Wilde titulado "Pensamientos", que recoge un buen puñado de citas suyas. Después de leerlo, no cabe duda de que fue un tío muy listo. Y, aunque muchas afirmaciones suyas son ampliamente debatibles, y acusa un marcado machismo, nos dejó unas cuantas perlas de las cuales compartiré mis preferidas con vosotros de vez en cuando.

jueves, 14 de agosto de 2008

Infravaloración

Estoy harto de que la gente se tome a la ligera el hecho de ser ambientólogo. Ya de entrada, la mayoría pregunta "¿Y eso para qué sirve?", momento en que los ojos empiezan a escupir llamas. No, perdón, que uno de nuestros retos es educar a la gente. Se le explica como se puede con buenos modales, deseando que la persona en cuestión deje de hacer más preguntas, no porque no queramos entablar una conversación medioambiental, sino porque sabemos que las siguientes van a ser igual de gilipollas. Afortunadamente (en realidad por desgracia), con ésto tendremos suficiente, porque el individuo no tendrá ningún interés añadido en la materia que hemos elegido como profesión.
Otros especímenes, hasta se permiten preguntar con socarronería "Y qué trabajarás, ¿en Greenpeace?". A lo que nosotros responderíamos "Pues si hubiera oportunidad tal vez sí, capullo, ellos intentan hacer algo más importante que tú". Me he encontrado con alguno incluso (curiosamente ingeniero), que se regodea tachando los temas de medio ambiente poco menos que de mariconadas. Todos estos comportamientos me desesperan, porque demuestran una ignorancia supina, y me hacen ver por qué el mundo va mal.

Vamos a ver, señores, preservar el medio ambiente es NECESARIO. Cómo explicarlo. Cualquiera con dos dedos de frente (incluso tal vez los que tengan uno), puede entender fácilmente el siguiente razonamiento: si los recursos fósiles del planeta disminuyen inexorablemente por razones obvias y vamos diezmando sin piedad la base de los renovables (es decir, el territorio), mientras que nuestra población (y aún más, nuestro consumo individual de estos recursos) asciende de forma meteórica, me parece que todo el mundo coincidirá conmigo en que está claro que aquí hay algo que, antes o después, va a petar.
Pero como nos hemos creado nuestra propia burbuja, somos ajenos a esto. Nos hemos alejado de una manera tan bestia de la naturaleza que hemos dejado de entender su importancia. Y eso es grave, porque no deja de ser la Madre que nos parió, y a las madres hay que cuidarlas. Hemos llegado a tal nivel de egocentrismo que las cosas 'externas' (porque ahí está el quid, no son externas) a nosotros nos parecen nimias y sin importancia. No entendemos que no hay que morder la mano que le da a uno de comer, e incluso nos reímos de gente que habla de cuidar el entorno, vaya unos cursis, que se dediquen a hacer algo útil para la sociedad.

Pero es que si me apuran, conservar el medio ambiente no es sólo una cuestión de supervivencia a largo plazo, es una cuestión moral. Porque que alguien me explique qué derecho tenemos nosotros a creernos el centro del universo y tratar como nos dé la gana un planeta en el que no estamos ni mucho menos solos, pisando a todo lo que nos estorbe lo más mínimo para nuestro 'desarrollo'. Me parece preocupante que a la gente se la sude que cada año desaparezcan centenares de especies o que el desierto se coma kilómetros y kilómetros cuadrados de suelo fértil, mientras ellos sigan estando cómodos en sus casitas. Demuestra una falta de valores realmente preocupante.

Tal vez algún día tendremos lo que nos merecemos. Y entonces pensaremos, ¿por qué no hicimos algo? La mayor lástima es que para entonces nos habremos llevado con nosotros un montón de maravillas. Es por todo esto (y más cosas) que deberéis perdonarme si a veces tengo deseos de aniquilar a la raza humana.

martes, 12 de agosto de 2008

Vacaciones en el mar

Acababa de salir de una relación sentimental tormentosa que le había roto el corazón, y se recuperaba de ella en el jacuzzi de un crucero de media clase.
Llevaba un rato entre burbujas, y empezaba a adormilarse cuando pasó ante él una hermosa joven morena en bikini, acabada de salir de la bañera de enfrente, con el pelo ondulado y las suaves formas remarcadas por la insinuante humedad del cuerpo. Después de dirigirle una mirada, la joven se recostó en una tumbona de cubierta para tomar el sol. Atónito ante la imagen, le empezó a latir deprisa el corazón. Esos ojos juguetones le habían insinuado algo, no podía ignorarlo, y la chica era tan bonita, que se ablandó como mantequilla y sintió que se había enamorado a primera vista.
Estuvo atento a ella durante un buen rato, y cuando se levantó para ir a cambiarse, él la imito con rapidez, esperando a la salida del vestuario. Cuando salió, se dispuso a seguirla. Al cabo de un poco, ella miró hacia atrás, para continuar caminando con tranquilidad. Él comenzó a emocionarse sobremanera, ¡lo había invitado a acompañarla! Aceleró algo el paso sin apenas darse cuenta, hasta que se percató de ello y frenó algo la marcha para no parecer descortés. Se acercaban a la sala de descanso. Ahora ella se sentaría en uno de los sofás, y con una mirada expectante lo invitaría a acomodarse a su lado, ¡sin duda! Pero algo se interpuso en la escena. Justo antes de sentarse, otro joven apareció como de la nada y abrazó a la chica con decisión, mientras se daban un beso apasionado. Era una escena casi irreal.
En aquel momento, el corazón se le hizo añicos. Se sintió desolado ante los momentos futuros que acababa de perder y creyó que no se recuperaría nunca. Se fue a su camarote y se quedó allí dentro, sin salir siquiera para la cena. Avanzada ya la noche, decidió ir al bar para ahogar sus penas en alcohol. La estancia rebosaba actividad, pero él se dirigió taciturno hasta la barra y pidió un gintonic. Entonces, reparó en la camarera que lo había atendido, una maravillosa mujer de mediana edad, ojos vivaces y movimientos espectaculares. Al servirle la bebida, le dedicó una breve mirada acompañada de una sonrisa que lo dejó pasmado. Sin duda, aquella sílfide había reparado en él, y sus ojos juguetones le invitarían a seguirla una vez terminado su turno.
Tal y como estaba, acabado de salir de una relación sentimental tormentosa, el gesto de la camarera le hizo descubrir el amor que creyó que nunca más iba a experimentar, y se preparó para lo que sería sin duda una noche memorable.

viernes, 8 de agosto de 2008

Un reino próspero

El rey solía salir de paseo. Le gustaba caminar por una pequeña colina que se levantaba muy cercana a su castillo. Desde allí, podía observar casi todo su reino, que se extendía bajo sus pies y hasta donde le alcanzaba la vista. Después de muchos años practicándola, esta costumbre le producía gran satisfacción.

Aquella tarde, el rey hacía su habitual recorrido y se paró en lo más alto de la colina. Observó sus tierras y comenzó a pensar. A su izquierda se erigía el magnífico castillo que había heredado de su padre, una auténtica mole de aspecto señorial. A los pies de la fortaleza y bordeando la colina, una pequeña y tranquila aldea presentaba la pausada actividad de última hora de la tarde. El sabio monarca oteaba su dominio mientras reflexionaba. A cierta distancia del pueblo, discurría el pequeño río que atravesaba el país, alegre y brillante. Más allá, la luz del atardecer bañaba los campos fértiles, custodiados por antiguas casas rurales, y los exhuberantes bosques, que se alternaban hasta los confines del reino, únicamente interrumpidos por alguna que otra calzada de tierra y esporádicos asentamientos de tímida envergadura. Ante esta visión de paz y tranquilidad, el rey se sintió satisfecho, pero siguió cavilando reposadamente, estudiando el paisaje mientras la suave brisa le acariciaba la cara, a medida que el día se apagaba.

Entonces, después de mucho pensar, y cuando el sol regalaba ya sus últimos rayos, se dijo orgulloso:
- Aquí lo que falta es un centro comercial.

jueves, 7 de agosto de 2008

Qué ricos

El otro día vi a un niño muy mono. Iba acompañado por su madre y por otro niño igual de mono, pero que parecía ser un amigo del primero. El niño lloraba. Pero no lloraba un poco, lo hacía desconsoladamente, con las mejillas empapadas y mocos cayendo de sus fosas nasales. Lo primero que pensé es que debía tener un trauma muy grande para estar así. Intentando ponerme en su lugar, se me ocurrió que tal vez le iban a operar y estaba acojonado, o le acababan de decir que su padre había muerto, o véte a saber qué.
El niño empezó a gritar. No sé qué mascullaba, pero gritaba mientras no paraba de llorar. Después de pensarlo un poco, la mujer decidió por fin hacer una parada, y se sentaron a mi lado, la madre con el niño-sopa encima, y el otro pequeñajo al lado, callado y aguantando el papelón. Finalmente, conseguí escuchar lo que discutían.
Por lo visto, el niño quería ir a jugar a otra plaza. Tan simple como eso. No quería ir a donde lo llevaban, quería ir a jugar a la plaza de tres calles más allá. Con toda su alma, por lo visto. Seguía gritando, y comenzó a dar los acostumbrados guantazos a su madre, que simplemente se dedicaba a rebatirle plácidamente a su criaturita. Pensé que, en el remoto caso de que aún no le hubiera dado una colleja hacía mucho rato, en ese momento se la habría llevado sin dudarlo. Me sacan de quicio los niños malcriados (que son muchos), y más de quicio me saca ver a los padres que no saben como lidiar con un bichejo de escasa edad, y pensar en la clase de persona en que se convertirán de adultos por culpa de los incompetentes que les han tocado como progenitores.

Más tarde, me acuerdo también de "Mallrats", donde en varias ocasiones, mientras pasean por el centro comercial, Brodie se queja de que los niños van sentados en las escaleras mecánicas y tentando a la suerte con sus manitas, y les desea a las respectivas madres que le pase algo al niño por no saber educarlo en condiciones. Al final, fuera de plano, se oye un grito pidiendo una ambulancia porque un niño se ha pillado en la escalera. Qué gustico.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Una cena por las nubes

Ayer fui a una cena en el teleférico de Montjuic. Un tranquilo recorrido por los aires con la fantástica panorámica de una Barcelona nocturna, un picnic con caché servido sobre la marcha y música de fondo como obsequio al pasar por el 'checkpoint'. No, no suelo acudir a eventos tan burgueses, tuve la suerte que normalmente me falta en los concursos y para mi sorpresa y alegría me tocó una entrada doble.
Aún así, no es oro todo lo que reluce. Lo que iba a ser una cena romántica para dos, se convirtió en un paseo gastronómico con la otra pareja afortunada y un par de chicas de TMB que disfrutaban de un pequeño privilegio corporativo. Además, el pícnic era eso, un pícnic, que como uno de nuestros nuevos amigos reiteró, conformó una cena 'frugal', una manera de decirlo con estilo. Y lógicamente, después de beber entre pitos y flautas casi un litro de líquido diurético, las plantas de Montjuic tuvieron que aguantar un riego nocturno.
Pero cuidado, el regalo estuvo de coña: la comida era de calidad El Corte Inglés, la vista era de lujo, usamos el teleférico en horario restringido y la compañía fue divertida, así que el rato pasó volando, nunca mejor dicho. Ahora, yo que vosotros no pagaría los 40€ que cuesta por barba la cena multitudinaria, ni mucho menos los 80 que cascan por tenerla en intimidad... Mejor probad suerte en concursos.

Saludos desde Vulcano

No sé por qué siempre acabo cayendo en estas cosas, y seguramente me arrepentiré (o no) a medio plazo. A estas alturas ya me he dado cuenta, como cualquiera con entendimiento, de que todo lo relacionado con Internet es efímero, pero el ser humano es tan voluble como reincidente...
La historia hasta aquí es larga. Empecé, como todo el mundo, con Messenger, una revolución por mi parte caída en desuso. Después, me liaron para hacerme un Fotolog, gran invento de actividad desacelerada, cual economía en crisis. Ay, que gracia, voy a montarme un espacio MSN; una aplicación muy bien pensada (a mi gusto tal vez la más completa) y donde llegué a alcanzar más de 8000 visitas acumuladas, pero que acabó relegado al olvido después de cansarme de la ausencia de comentarios. Hubo incluso algún tonteo con las redes sociales tipo hi5; poco duró, ¿utilidad?, nula, nadie estuvo ni cerca de ligar gracias a aquello. Ahora está de moda Facebook; le auguro poca vida en mi rutina internauta...

¿Por qué entonces meterme a la moda del blog en esta web, si seguramente acabará muriendo de asco como todo el resto? Seguramente porque me aburro en el trabajo. Sí, señores, me paso media mañana (siendo conservadores) tocándome los santísimos. Así que no me queda otra que encontrar maneras de entretenerme sin que parezca que me pagan por no hacer nada. Qué bonita impresión ver al nuevo tan concentrado delante de su ordenador... Hasta parezco profesional.
(Ojo, no se me malinterprete, hago mi trabajo, sólo que es de baja densidad, qué le voy a hacer yo, pobre de mí... Además, no dejo de tener que escribir furtivamente al estar rodeado de compañeros, y es muy difícil hacer ver que trabajas manteniendo fija la bandeja de entrada del correo sin ningún mensaje nuevo cada vez que pasa alguien por detrás.)

En cualquier caso, aquí encontraréis contenidos muy variados, básicamente cualquier cosa que pueda convertirse en un pequeño pellet fecal escrito después de pasar por el filtro de la cabeza de un servidor.
Bienvenidos.