jueves, 14 de agosto de 2008

Infravaloración

Estoy harto de que la gente se tome a la ligera el hecho de ser ambientólogo. Ya de entrada, la mayoría pregunta "¿Y eso para qué sirve?", momento en que los ojos empiezan a escupir llamas. No, perdón, que uno de nuestros retos es educar a la gente. Se le explica como se puede con buenos modales, deseando que la persona en cuestión deje de hacer más preguntas, no porque no queramos entablar una conversación medioambiental, sino porque sabemos que las siguientes van a ser igual de gilipollas. Afortunadamente (en realidad por desgracia), con ésto tendremos suficiente, porque el individuo no tendrá ningún interés añadido en la materia que hemos elegido como profesión.
Otros especímenes, hasta se permiten preguntar con socarronería "Y qué trabajarás, ¿en Greenpeace?". A lo que nosotros responderíamos "Pues si hubiera oportunidad tal vez sí, capullo, ellos intentan hacer algo más importante que tú". Me he encontrado con alguno incluso (curiosamente ingeniero), que se regodea tachando los temas de medio ambiente poco menos que de mariconadas. Todos estos comportamientos me desesperan, porque demuestran una ignorancia supina, y me hacen ver por qué el mundo va mal.

Vamos a ver, señores, preservar el medio ambiente es NECESARIO. Cómo explicarlo. Cualquiera con dos dedos de frente (incluso tal vez los que tengan uno), puede entender fácilmente el siguiente razonamiento: si los recursos fósiles del planeta disminuyen inexorablemente por razones obvias y vamos diezmando sin piedad la base de los renovables (es decir, el territorio), mientras que nuestra población (y aún más, nuestro consumo individual de estos recursos) asciende de forma meteórica, me parece que todo el mundo coincidirá conmigo en que está claro que aquí hay algo que, antes o después, va a petar.
Pero como nos hemos creado nuestra propia burbuja, somos ajenos a esto. Nos hemos alejado de una manera tan bestia de la naturaleza que hemos dejado de entender su importancia. Y eso es grave, porque no deja de ser la Madre que nos parió, y a las madres hay que cuidarlas. Hemos llegado a tal nivel de egocentrismo que las cosas 'externas' (porque ahí está el quid, no son externas) a nosotros nos parecen nimias y sin importancia. No entendemos que no hay que morder la mano que le da a uno de comer, e incluso nos reímos de gente que habla de cuidar el entorno, vaya unos cursis, que se dediquen a hacer algo útil para la sociedad.

Pero es que si me apuran, conservar el medio ambiente no es sólo una cuestión de supervivencia a largo plazo, es una cuestión moral. Porque que alguien me explique qué derecho tenemos nosotros a creernos el centro del universo y tratar como nos dé la gana un planeta en el que no estamos ni mucho menos solos, pisando a todo lo que nos estorbe lo más mínimo para nuestro 'desarrollo'. Me parece preocupante que a la gente se la sude que cada año desaparezcan centenares de especies o que el desierto se coma kilómetros y kilómetros cuadrados de suelo fértil, mientras ellos sigan estando cómodos en sus casitas. Demuestra una falta de valores realmente preocupante.

Tal vez algún día tendremos lo que nos merecemos. Y entonces pensaremos, ¿por qué no hicimos algo? La mayor lástima es que para entonces nos habremos llevado con nosotros un montón de maravillas. Es por todo esto (y más cosas) que deberéis perdonarme si a veces tengo deseos de aniquilar a la raza humana.

7 comentarios:

Charlotte Harris dijo...

Que razon llevas y como nos vamos a arrepentir!!
Ojala fueramos menos egocentristas, y nos preocupasemos más por lo que de verdad importa
A mí me siguen preguntando ¿Y ser Trabajador Social pa que sirve? ¿Pa arreglarme los papeles de la pensión? Yo simplemente les doy la razon por no explicar todo.
Porque por supuesto al no haber estudiado una profesion-gana-dinero, pues como que me miran raro!
Saludos

Tharkun dijo...

Gracias por comprenderlo. XDDD
Estamos en las mismas también en cuanto a profesión no-me-voy-a-hacer-rico-con-esto.

Disjunto dijo...

La humanidad siempre ha mostrado signos esporádicos de merecer vivir en este planeta, pero la mayor parte del tiempo sólo se dedica a menospreciarlo y a maltratarlo.
Todos somos culpables en alguna medida de este hecho, parece algo inherente a la humanidad no sopesar las consecuencias de sus actos.
Tampoco contribuye la gran rueda de la economía, la necesidad del mercado de expansión demográfica y nuevas formas de bienes y servicios sin reparar en el coste ecológico que suponen.

Álex Sanmartín dijo...

Un ejemplo sencillo. Un tipo que va a una fiesta en casa de alguien y va dejando las cervezas, los vasos, las cosas que utiliza por el medio. Cuando das una fiesta en casa ves que pasa bastante a menudo y que no sólo es una persona. Si eso lo hacen en casa de un colega, imagínate en algo que es tan "de otros" como el medio ambiente.
La gente no es capaz de reflexionar, de plantearse por qué tres cubos de basura son mejor que uno. La educación está complicada, a ver si la conseguimos entre todos.

Saludos.

Sick dijo...

Es complicado Álex. Los valores que se nos enseñan desde pequeños no son LOS VALORES. Los valores adecuados o correctos. La gran mayoría se limita a aplicar el carpe diem, ¿para qué pensar en el mañana? Los que lleguen después de nosotros ya se apañaran, no? Lamentable pero cierto.
¿Como podemos contrarrestar esto desde aqui abajo? Porqué los que tienen realmente poder para cambiarlo NO quieren hacerlo.

Saludos man!

juiara dijo...

Bueno, bueno, tampoc s'ha de ser tant derrotista; tots els comentaris que s'han fet a aquesta entrada han estat (evidentment, pq no hi han més punts de vista lògics) a favor i a impulsar tot el que es diu en ella.
El que passa és que la gent es va acostumant i es va conscienciant lentament, massa lentament. De fet, per molt que es faci, no crec que s'arribi a temps de salvar gaire cosa. Només em cap l'esperança que la Terra pugui continuar endavant quan nosaltres ja no hi serem...
Bé, pretenia ser optimista, però el tema no acompanya gaire :S

Anónimo dijo...

ELS PETITS CANVIS SON PODEROSOS!

toma optimisme!