miércoles, 6 de agosto de 2008

Una cena por las nubes

Ayer fui a una cena en el teleférico de Montjuic. Un tranquilo recorrido por los aires con la fantástica panorámica de una Barcelona nocturna, un picnic con caché servido sobre la marcha y música de fondo como obsequio al pasar por el 'checkpoint'. No, no suelo acudir a eventos tan burgueses, tuve la suerte que normalmente me falta en los concursos y para mi sorpresa y alegría me tocó una entrada doble.
Aún así, no es oro todo lo que reluce. Lo que iba a ser una cena romántica para dos, se convirtió en un paseo gastronómico con la otra pareja afortunada y un par de chicas de TMB que disfrutaban de un pequeño privilegio corporativo. Además, el pícnic era eso, un pícnic, que como uno de nuestros nuevos amigos reiteró, conformó una cena 'frugal', una manera de decirlo con estilo. Y lógicamente, después de beber entre pitos y flautas casi un litro de líquido diurético, las plantas de Montjuic tuvieron que aguantar un riego nocturno.
Pero cuidado, el regalo estuvo de coña: la comida era de calidad El Corte Inglés, la vista era de lujo, usamos el teleférico en horario restringido y la compañía fue divertida, así que el rato pasó volando, nunca mejor dicho. Ahora, yo que vosotros no pagaría los 40€ que cuesta por barba la cena multitudinaria, ni mucho menos los 80 que cascan por tenerla en intimidad... Mejor probad suerte en concursos.

1 comentario:

Álex Sanmartín dijo...

para eso me voy al restaurante ese de Montjuic que lleva la trinca. Ese sí que mola. O al Torre Catalunya que hay una vista espectacular y no sale tan caro como pudiera parecer.